Barquisimeto, septiembre 2008
La Ética en el quehacer educativo del docente
El hombre, a lo
largo de su evolución se ha convertido en un ser social, aún sin un lenguaje
bien constituido, y ni siquiera hablado, el hombre, ya interactuaba con sus
semejantes. No es posible imaginarse un mundo donde nadie interactuara con los
demás, donde cada persona sea una isla independiente de otros, sería algo
triste. La interacción con los demás, ha llevado al ser humano a constituir un
lenguaje hablado, el cual claramente nos separa de los animales, aunque éste no
es el único factor que nos diferencia, sino también el desarrollo de la
inteligencia, el comportamiento ante los demás, entre otros.
Lo que me lleva a
pensar que en la evolución del hombre como ser social, se ha necesitado definir
diferentes normas, para, de una forma, “reprimir” los impulsos instintivos que
nos da la naturaleza, y que pueden perturbar el buen funcionamiento de la
sociedad, y por lo tanto las relaciones entre semejantes. Es aquí donde entra
en juego el papel de la Ética y la Moral en la interacción entre los seres
humanos, más específicamente en el rol del docente, como forjador del futuro y
como pilar fundamental en la construcción de una sociedad.
La
ética, viene reflejada por las libertades que tenemos como seres humanos, como
se aprecia en el libro Ética para amador “…Los animales no tienen más remedio
que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para
hacer,(…) los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en
el programa. Podemos decir sí o no…” lo que me lleva a pensar en la relación
que tienen la libertad y la ética, ya que en cuanto más tenga libertad de hacer
distintas actividades, mayor ética debo tener para actuar de manera adecuada.
Esto se puede ver
reflejado en el sistema educativo venezolano, ya que existen docentes de cargos
superiores que no actúan de la forma correcta ante un problema o cualquier
situación, por ejemplo, se aprecia cuando el director de un liceo elige, entre
un grupo de docentes calificados, para un cargo fijo de profesor de Informática,
al que mejor conoce o al que ha sido su amigo desde años atrás. El director
posee la libertad de poder elegir quién queda en el cargo es del director, mas
no está considerando aspectos académicos de los aspirantes, lo que quiere decir
que no está actuando honestamente, obviamente no tiene un equilibrio interno
entre la ética y la libertad.
Muchas
veces, el docente de informática es tentado a salir de los parámetros de la ética
docente, pues las herramientas informáticas nos facilitan el trabajo, bien sea
a la hora de transcribir textos, números, diseñar diapositivas e inclusive a
través de la internet es posible encontrar cualquier cantidad de
planificaciones referentes a los contenidos que se dan en las diferentes
asignaturas referentes a la informática para de esta manera no trabajar “tanto”
planificando las clases.
Es en estas circunstancias donde se debe
reflexionar acerca del papel que juega el docente en la sociedad, si bien todos
somos personas “libres” de hacer lo que queramos, hay que tomar en cuenta que
cuando se toma una decisión, sea cual sea, va a haber personas que se verán
afectadas, para bien o para mal, pues
como menciona Savater “De modo que mi «haz lo que quieras» no es más que una forma de decirte que
te tomes en serio el problema de tu libertad, lo de que nadie puede dispensarte
de la responsabilidad creadora de escoger tu camino”.
Y al tomar una decisión, estamos aceptando la responsabilidad que ella conlleva,
por lo que la libertad, y el “hacer lo que tú quieras” va estar en cierta forma
limitado por las personas a las cuales afecta dicha decisión.
A todas estas, la
ética, la moral y los valores, tanto generales como profesionales, siempre han
tenido su contraparte, la cual siempre está tentando a toda persona, bien sea
profesional o no, a desviarse de su camino ético, lo que refleja una necesidad
en la sociedad de fortalecer los valores y los lazos entre ciudadanos.
Inclusive, se han
creado códigos de ética para los distintos profesionales, incluidos los
docentes, que, a mi más personal parecer, son los primeros profesionales en
incumplir, violar o desobedecer dicho “manual de comportamiento Ético”,
considerando lo que dice Savater:
“Pero quizá el verdadero intríngulis no
esté en someterse a un código o en llevar la contraria a lo establecido (…)
sino en intentar comprender. Comprender por qué ciertos comportamientos nos
convienen y otros no, comprender de qué va la vida y qué es lo que puede hacerla
«buena» para nosotros los humanos”.
Quizás
a los docentes venezolanos les falta todavía comprender cuál es el
comportamiento que mejor le conviene para cambiar la actitud que poseen en
cuanto a la ética docente
Si bien, los seres humanos, necesitamos
la interacción entre semejantes, muchas veces esta interacción hace que las
relaciones entre personas se tornen difíciles de llevar, lo que conlleva a las
interminables luchas (no específicamente físicas) entre nosotros mismos, esto a
mi parecer va degradando la sociedad y lamentablemente esto se observa día a
día en cualquier ámbito, bien sea familiar, entre personas desconocidas en la
calle, entre compañeros de clases, entre estudiantes y profesores, entre otros.
Por otro lado, muchas veces como
estudiante de la UPEL-IPB, me sentí frustrado con materias referentes a la
especialidad, donde el docente que impartía la asignatura era un ingeniero, lo
cual me causo bastante ruido, ya que si estoy estudiando en la universidad
Pedagógica, los más obvio es que dentro de la institución labore sólo el
personal calificado como profesor, es decir, que al menos tenga un componente
como docente, pero en realidad, fue bastante difícil el cursar dichas materias,
aunque como menciona Savater en la cita anterior, logré comprender qué
comportamiento me convenía para sobrellevar la asignatura en curso y llevar a
feliz término el semestre como tal.
Indiscutiblemente hay que promover la
ética en todos los espacios posibles, y en una opinión bastante personal, el
cambio debe comenzar desde las universidades, y con mayor fuerza en las
universidades donde se forman los educadores, pues es allí donde se encuentra,
no la raíz del problema, sino el inicio de la solución.
Me
parece algo irónico, que existan docentes que falten a los valores de la
sociedad, pues, dentro de un recinto universitario, donde se forme al
profesional de la docencia, debe reinar el respeto hacia los tan mencionados
valores, ya que son los docentes que van a enseñar a las nuevas generaciones, y
por lo tanto tendrán un impacto considerable en la sociedad. Es necesario
entonces hacer hincapié en la formación moral del venezolano, específicamente
de los profesionales, y aún más específicamente a los docentes, pues cada día
se ve y se siente el deterioro de los valores, la moral y le ética en los
recintos universitarios, teniendo como consecuencia: niños(as), adolescentes,
bachilleres y jóvenes, con un grado de ética y moral bastante pobre, sin una
distinción concreta de lo que está bien y lo que está mal, lo cual, por su
parte, conlleva al deterioro de la sociedad Venezolana en general.
Se puede decir que
la falta de ética en el profesional docente tiene un impacto directo y
considerable en la sociedad, ya que, en el caso de la UPEL, no tan sólo se está
formando personas con una visión distorsionada de los valores, sino que además,
estas personas tienden a copiar este patrón de enseñanza, llegando así a
“corroer” de anti valores o contravalores a las escuelas, liceos y/o cualquier
centro educativo donde practiquen la profesión docente.
Es necesario
entonces reflexionar acerca del papel tan importante que juega el profesional
docente dentro de la construcción de la sociedad, como pilar fundamental de la
educación y motor impulsador de los valores, la ética y la moral, pues en nuestras
manos está el forjar el futuro de los niños(as), adolescentes y jóvenes que
serán los profesionales de mañana.