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martes, 6 de diciembre de 2011


Barquisimeto, septiembre 2008


La Ética en el quehacer educativo del docente

El hombre, a lo largo de su evolución se ha convertido en un ser social, aún sin un lenguaje bien constituido, y ni siquiera hablado, el hombre, ya interactuaba con sus semejantes. No es posible imaginarse un mundo donde nadie interactuara con los demás, donde cada persona sea una isla independiente de otros, sería algo triste. La interacción con los demás, ha llevado al ser humano a constituir un lenguaje hablado, el cual claramente nos separa de los animales, aunque éste no es el único factor que nos diferencia, sino también el desarrollo de la inteligencia, el comportamiento ante los demás, entre otros.

Lo que me lleva a pensar que en la evolución del hombre como ser social, se ha necesitado definir diferentes normas, para, de una forma, “reprimir” los impulsos instintivos que nos da la naturaleza, y que pueden perturbar el buen funcionamiento de la sociedad, y por lo tanto las relaciones entre semejantes. Es aquí donde entra en juego el papel de la Ética y la Moral en la interacción entre los seres humanos, más específicamente en el rol del docente, como forjador del futuro y como pilar fundamental en la construcción de una sociedad.

         La ética, viene reflejada por las libertades que tenemos como seres humanos, como se aprecia en el libro Ética para amador “…Los animales no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer,(…) los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en el programa. Podemos decir sí o no…” lo que me lleva a pensar en la relación que tienen la libertad y la ética, ya que en cuanto más tenga libertad de hacer distintas actividades, mayor ética debo tener para actuar de manera adecuada.

Esto se puede ver reflejado en el sistema educativo venezolano, ya que existen docentes de cargos superiores que no actúan de la forma correcta ante un problema o cualquier situación, por ejemplo, se aprecia cuando el director de un liceo elige, entre un grupo de docentes calificados, para un cargo fijo de profesor de Informática, al que mejor conoce o al que ha sido su amigo desde años atrás. El director posee la libertad de poder elegir quién queda en el cargo es del director, mas no está considerando aspectos académicos de los aspirantes, lo que quiere decir que no está actuando honestamente, obviamente no tiene un equilibrio interno entre la ética y la libertad.

         Muchas veces, el docente de informática es tentado a salir de los parámetros de la ética docente, pues las herramientas informáticas nos facilitan el trabajo, bien sea a la hora de transcribir textos, números, diseñar diapositivas e inclusive a través de la internet es posible encontrar cualquier cantidad de planificaciones referentes a los contenidos que se dan en las diferentes asignaturas referentes a la informática para de esta manera no trabajar “tanto” planificando las clases.

 Es en estas circunstancias donde se debe reflexionar acerca del papel que juega el docente en la sociedad, si bien todos somos personas “libres” de hacer lo que queramos, hay que tomar en cuenta que cuando se toma una decisión, sea cual sea, va a haber personas que se verán afectadas, para bien o para  mal, pues como menciona Savater De modo que mi «haz lo que quieras» no es más que una forma de decirte que te tomes en serio el problema de tu libertad, lo de que nadie puede dispensarte de la responsabilidad creadora de escoger tu camino”. Y al tomar una decisión, estamos aceptando la responsabilidad que ella conlleva, por lo que la libertad, y el “hacer lo que tú quieras” va estar en cierta forma limitado por las personas a las cuales afecta dicha decisión.

A todas estas, la ética, la moral y los valores, tanto generales como profesionales, siempre han tenido su contraparte, la cual siempre está tentando a toda persona, bien sea profesional o no, a desviarse de su camino ético, lo que refleja una necesidad en la sociedad de fortalecer los valores y los lazos entre ciudadanos.

Inclusive, se han creado códigos de ética para los distintos profesionales, incluidos los docentes, que, a mi más personal parecer, son los primeros profesionales en incumplir, violar o desobedecer dicho “manual de comportamiento Ético”, considerando lo que dice Savater:

“Pero quizá el verdadero intríngulis no esté en someterse a un código o en llevar la contraria a lo establecido (…) sino en intentar comprender. Comprender por qué ciertos comportamientos nos convienen y otros no, comprender de qué va la vida y qué es lo que puede hacerla «buena» para nosotros los humanos”.
        
Quizás a los docentes venezolanos les falta todavía comprender cuál es el comportamiento que mejor le conviene para cambiar la actitud que poseen en cuanto a la ética docente

         Si bien, los seres humanos, necesitamos la interacción entre semejantes, muchas veces esta interacción hace que las relaciones entre personas se tornen difíciles de llevar, lo que conlleva a las interminables luchas (no específicamente físicas) entre nosotros mismos, esto a mi parecer va degradando la sociedad y lamentablemente esto se observa día a día en cualquier ámbito, bien sea familiar, entre personas desconocidas en la calle, entre compañeros de clases, entre estudiantes y profesores, entre otros.

         Por otro lado, muchas veces como estudiante de la UPEL-IPB, me sentí frustrado con materias referentes a la especialidad, donde el docente que impartía la asignatura era un ingeniero, lo cual me causo bastante ruido, ya que si estoy estudiando en la universidad Pedagógica, los más obvio es que dentro de la institución labore sólo el personal calificado como profesor, es decir, que al menos tenga un componente como docente, pero en realidad, fue bastante difícil el cursar dichas materias, aunque como menciona Savater en la cita anterior, logré comprender qué comportamiento me convenía para sobrellevar la asignatura en curso y llevar a feliz término el semestre como tal.

         Indiscutiblemente hay que promover la ética en todos los espacios posibles, y en una opinión bastante personal, el cambio debe comenzar desde las universidades, y con mayor fuerza en las universidades donde se forman los educadores, pues es allí donde se encuentra, no la raíz del problema, sino el inicio de la solución.

         Me parece algo irónico, que existan docentes que falten a los valores de la sociedad, pues, dentro de un recinto universitario, donde se forme al profesional de la docencia, debe reinar el respeto hacia los tan mencionados valores, ya que son los docentes que van a enseñar a las nuevas generaciones, y por lo tanto tendrán un impacto considerable en la sociedad. Es necesario entonces hacer hincapié en la formación moral del venezolano, específicamente de los profesionales, y aún más específicamente a los docentes, pues cada día se ve y se siente el deterioro de los valores, la moral y le ética en los recintos universitarios, teniendo como consecuencia: niños(as), adolescentes, bachilleres y jóvenes, con un grado de ética y moral bastante pobre, sin una distinción concreta de lo que está bien y lo que está mal, lo cual, por su parte, conlleva al deterioro de la sociedad Venezolana en general.

Se puede decir que la falta de ética en el profesional docente tiene un impacto directo y considerable en la sociedad, ya que, en el caso de la UPEL, no tan sólo se está formando personas con una visión distorsionada de los valores, sino que además, estas personas tienden a copiar este patrón de enseñanza, llegando así a “corroer” de anti valores o contravalores a las escuelas, liceos y/o cualquier centro educativo donde practiquen la profesión docente.

Es necesario entonces reflexionar acerca del papel tan importante que juega el profesional docente dentro de la construcción de la sociedad, como pilar fundamental de la educación y motor impulsador de los valores, la ética y la moral, pues en nuestras manos está el forjar el futuro de los niños(as), adolescentes y jóvenes que serán los profesionales de mañana.